Diagnosticar la sífilis, una enfermedad conocida por su capacidad para imitar otras condiciones, puede ser particularmente desafiante, especialmente si un paciente no proporciona información completa. Esta complejidad se destacó en Bélgica, donde un equipo de médicos encontró un caso intrigante que involucraba a un hombre de 83 años diagnosticado con una forma poco común de sífilis secundaria: la segunda fase en las etapas progresivas de la infección bacteriana de transmisión sexual conocida por ser un 'maestro del disfraz.'
El paciente, describiéndose a sí mismo en un matrimonio monógamo de 50 años y sexualmente inactivo tras un tratamiento contra el cáncer, dejó a los médicos con muchas preguntas sin respuesta incluso después de que identificaran el diagnóstico correcto. Los detalles de este caso intrincado se documentaron en un informe de Resolución de Problemas Clínicos publicado en el New England Journal of Medicine.
La situación se desarrolló cuando el anciano llegó al departamento de emergencias con una queja principal de picazón severa. Un mes antes, el paciente había experimentado parálisis facial, momento en el cual los médicos también detectaron enzimas hepáticas elevadas. Las evaluaciones iniciales llevaron a los médicos a sospechar de una infección viral, sin embargo, pruebas extensivas para varios virus, incluyendo VIH, Epstein-Barr, citomegalovirus y Hepatitis A, B, C y E, resultaron negativas.
Aunque la parálisis facial se resolvió tras el tratamiento con esteroides, la anomalía de los persistentes resultados anormales en las pruebas hepáticas permaneció. Para cuando visitó el departamento de emergencias, el paciente también mostraba síntomas adicionales, incluyendo dolor articular en las rodillas y los tobillos, malestar general, falta de apetito e hinchazón esporádica que afectaba sus pies, piernas, así como a veces su rostro, brazos y manos.