En Cabo Cañaveral, Florida, un cohete Falcon 9 se elevó hacia el cielo nocturno el lunes, llevando 29 nuevos satélites de Internet Starlink a órbita. Esta misión marcó el 94º lanzamiento de cohetes desde la Costa Espacial de Florida en 2025, estableciendo un nuevo récord de lanzamientos de satélites en un solo año desde el puerto espacial más ocupado del mundo.
Este lanzamiento siguió de cerca detrás de un lanzamiento del cohete Long March 11 chino, que tuvo lugar el sábado desde una plataforma oceánica, y marcó la 255ª misión en llegar a órbita a nivel mundial para el año. Este logro estableció un nuevo récord de actividad de lanzamientos globales en un solo año.
Hasta el miércoles, el conteo global de lanzamientos orbitales ha alcanzado 259 misiones, elevando las expectativas para aproximadamente 300 lanzamientos para fines de 2025. Esta cifra supera significativamente el total global de 135 lanzamientos orbitales registrados en 2021.
Rutina vs. Complacencia
Mientras esperaba a unas pocas millas del sitio de lanzamiento, en medio de la oscuridad, no había grandes multitudes ni una línea de fotógrafos esperando ansiosos el ascenso del cohete. Solo este reportero y dos jubilados alegres presenciaron la partida del Falcon 9, una vista que habría atraído mucho más atención hace una década.
En comparación, una visita a un aeropuerto local probablemente revelaría más personas en parques de observación de aviones cerca de las pistas. Sin embargo, los lanzamientos de cohetes siguen siendo espectáculos notables. La misma noche que el ascenso del Falcon 9 desde Cabo Cañaveral, el Aeropuerto Internacional de Orlando vio una cantidad igual de salidas de aviones en apenas un lapso de tres horas.
Los lanzamientos significativos aún atraen multitudes, como los vuelos de prueba del Starship de SpaceX en Texas o el próximo segundo lanzamiento del cohete New Glenn de Blue Origin este domingo. Estos eventos son excepciones en lugar de la regla, ya que la comunidad aeroespacial recuerda que el vuelo espacial no debe verse como algo rutinario, para evitar los peligros de la complacencia que históricamente han llevado a fracasos y, en algunos casos, a la trágica pérdida de vidas.